Periódico I.N.T.U.P

El ajedrez es un juego milenario de estrategia y táctica que se disputa entre dos jugadores sobre un tablero de 64 casillas, con piezas que tienen movimientos específicos y cuyo objetivo principal es dar jaque mate al rey del oponente. Más allá de ser una actividad recreativa, el ajedrez es también una herramienta educativa poderosa que estimula habilidades cognitivas fundamentales como la concentración, la memoria, el pensamiento lógico, la planificación y la toma de decisiones. Su práctica habitual permite que los estudiantes desarrollen la capacidad de analizar situaciones, prever consecuencias y resolver problemas de manera estructurada.

Implementar el ajedrez en los colegios no solo beneficia el rendimiento académico, especialmente en áreas como las matemáticas y la comprensión lectora, sino que también fortalece valores esenciales para la formación integral del alumnado. Entre estos valores destacan la paciencia, la perseverancia, el respeto por las reglas, la responsabilidad y la tolerancia a la frustración. Además, el ajedrez promueve la equidad, ya que puede ser practicado por niños y niñas de diferentes edades, contextos y habilidades en igualdad de condiciones, favoreciendo la inclusión y la convivencia. Por todo ello, enseñar ajedrez en las escuelas representa una inversión educativa valiosa que impacta positivamente en el desarrollo intelectual, emocional y social de los estudiantes.

El básquetbol es un deporte colectivo que se juega entre dos equipos de cinco jugadores cada uno, con el objetivo de introducir el balón en el aro del equipo contrario y acumular más puntos. Este deporte no solo promueve la actividad física, sino que también desarrolla habilidades fundamentales como la coordinación, el trabajo en equipo, la rapidez mental y la toma de decisiones bajo presión.

Incorporar el básquetbol en los colegios aporta múltiples beneficios tanto físicos como emocionales y sociales. Fomenta valores como la disciplina, el respeto, la cooperación y el compromiso, al mismo tiempo que ayuda a los estudiantes a canalizar su energía de forma positiva y a mejorar su salud general. Además, permite la inclusión y la participación activa de alumnos con distintos niveles de habilidad, fortaleciendo la autoestima y el sentido de pertenencia dentro del grupo escolar.

El voleibol es un deporte colectivo que se juega entre dos equipos de seis jugadores en una cancha dividida por una red, donde el objetivo es pasar el balón por encima de la red y hacerlo caer en el campo contrario, evitando que el equipo rival haga lo mismo. Este juego requiere coordinación, rapidez, precisión y trabajo en equipo, ya que los jugadores deben colaborar entre sí para mantener el balón en juego y planear estrategias ofensivas y defensivas.

Incluir el voleibol en los colegios aporta múltiples beneficios tanto físicos como sociales y emocionales. Favorece el desarrollo de la motricidad, mejora la condición física general, y promueve valores como la cooperación, el respeto, la disciplina y la comunicación. Además, al ser un deporte inclusivo y dinámico, fortalece la convivencia escolar, ayuda a canalizar la energía de los estudiantes de forma positiva y refuerza el sentido de pertenencia y el trabajo en equipo, aspectos clave para una formación integral.